Los sondeos postelectorales—los que se llevan a cabo inmediatamente después de unas elecciones— suelen arrojar dos datos significativos que ayudan a entender el estado de ánimo ciudadano tras la catarsis que suele suponer unas elecciones, en las que se liberan las tensiones políticas que preceden a toda convocatoria electoral). Por un lado, el porcentaje de electores que dice, a posteriori, haber acudido a votar es sustancialmente superior al de quienes realmente lo hicieron.
Por otro lado, y en relación con esta mayor participación declarada, los sondeos postelectorales detectan un aumento significativo —en comparación con el dato real— del porcentaje de electores que manifiestan haber votado por el partido que es percibido como ganador de los comicios. La explicación de esta diferencia es que, una vez conocido el resultado electoral y su trascendencia, un porcentaje de electores opta por apuntarse al bando de los triunfadores, al carro (percibido como) ganador. Este hecho —que es conocido como efecto bandwagon o de arrastre— puede expresar, también, un intento de algunos electores de reconstrucción del pasado: no voté a ese partido, pero debería o me gustaría haberlo hecho. Siguiendo este razonamiento, los ciudadanos parecen haber asignado el papel de ganador —o una mayor trascendencia a su resultado que al de otros— a PODEMOS. Un 3.6 % del Censo de Electores Residentes (CER) votó el pasado 25 de mayo a la formación liderada por Pablo Iglesias y, sin embargo, ahora dice haberlo hecho el 9.4 %: casi tres veces más. En el resto de partidos, las variaciones entre los porcentajes de voto real y el recordado en el sondeo son claramente inferiores —y dentro del margen de error de la encuesta—:
- Al PP lo votó un 11.7 % del censo y ahora recuerda haberlo hecho un 12.7 % (un punto más).
- Al PSOE lo votó un 10.4 % y ahora lo dice un 10.1 % (tres décimas menos )
- Izquierda Plural obtuvo un 4.5 % y en el sondeo lo menciona un 5.5 (un punto más).
- UPyD logró un 2.9 % y ahora dice haberlo votado un 3.6 % (siete décimas más).
El efecto bandwagon tiende a diluirse con el tiempo, tanto porque con el paso de los días el recuerdo de las personas pierde nitidez como porque las percepciones de los ciudadanos suelen variar en función de la actualidad y de los acontecimientos políticos de cada momento, haciendo que asignen a otro partido diferente el papel de carro ganador—subiéndose a él y abandonando el anterior—. Los datos de las encuestas realizadas inmediatamente después de unas elecciones reflejan, así, el paisaje tras la tormenta: el estado de opinión prevaleciente entre la ciudadanía en un momento muy concreto que no tiene por qué perdurar ni, de hecho, suele hacerlo. No obstante, esos datos indican cuál es el punto de inicio en el que está posicionado cada partido en la carrera electoral que ahora se inicia de cara a las siguientes elecciones. Y pensando en las próximas citas electorales —en 2015 deben celebrarse elecciones municipales (y autonómicas en algunas Comunidades) y están previstas las generales—, el partido que en estos momentos menos rechazo genera entre el conjunto electoral es, precisamente, PODEMOS: solo un 38 % dice que en ningún caso votará a este partido ni en municipales ni en autonómicas ni en generales. Esto no significa que el 62 % restante vaya con seguridad a votar a este partido, sino que, en estos momentos y después de su fulgurante estreno electoral, no descarta poder hacerlo. En todo caso, el rechazo a votar al resto de partidos es sustancialmente mayor: un 65 % dice que en ningún caso votará al PP, un 55 % a UPyD, un 54 % a PSOE y un 54 % a IU.
FICHA TÉCNICA: encuesta efectuada mediante entrevistas telefónicas a una muestra nacional de personas mayores de 18 años. Se han completado 1.000 entrevistas, estratificadas por la intersección hábitat/Comunidad Autónoma y distribuidas de manera proporcional al total de la región, con cuotas de sexo y edad aplicadas a la unidad última (persona entrevistada). Partiendo de los criterios del muestreo aleatorio simple, para un nivel de confianza del 95.5% (que es el habitualmente adoptado) y en la hipótesis más desfavorable de máxima indeterminación (p=q=50), el margen de error de los datos referidos al total de la muestra es de ± 3.2 puntos. La recogida de información y el tratamiento de la misma han sido llevados a cabo íntegramente en Metroscopia. FECHA DE REALIZACIÓN DEL TRABAJO DE CAMPO: 4 y 5 de junio de 2014.
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