Una vez asesinada la presidenta de la Diputación de
León con 13 sueldos y las banderas de media España ondean a media asta, los
partidos políticos del régimen suspenden, incluso Izquierda Unida, la campaña
electoral. La casta se echa las manos a la cabeza, llora en muchos casos con
lágrimas de cocodrilo, pero jamás reacciona ante las miles de personas que se
quitan la vida cada día víctimas de las vergonzosas políticas de desahucios,
personas que se tiran por un balcón, que se cuelgan, que se queman a lo bonzo en cualquier
sucursal bancaria, que se cortan las venas o se toman un frasco de pastillas al
no poder aguantar más la presión y las amenazas de un sistema corrupto.
El suicidio ya es en el estado español la primera
causa de muerte violenta y no pasa nada, nadie se rasga las vestiduras, no
levantan las manos diciendo ¡Basta ya! en su oscura y enlutada parafernalia
siniestra, la de los buenos tiempos del voto del miedo, acusando sus tertulianos/as a sueldo desde diversos
medios a la sociedad civil organizada de ser culpables de un asesinato, de una
muerte que se produjo en un ajuste de cuentas entre quienes nos gobiernan.
Los desahucios generan
muertes violentas por suicidio, asesinatos impunes que nadie castiga,
golpeando a cientos de miles de familias
que son expulsadas de sus viviendas, muchas veces a palos, porrazos,
empujones,
insultos, patadas y balas de goma. Niños, niñas, personas mayores,
discapacitados/as y enfermos/as en fase terminal han sufrido esta brutal
represión. El mundo lo ha podido ver, las brutales imágenes que
avergüenzan a
todas las personas defensoras de la libertad y la verdadera democracia,
que
entristecidas contemplamos como los gobiernos de España tratan a la
ciudadanía,
criminalizando a personas honradas que solo han sido estafadas
vergonzosamente
por la banca, para luego utilizar todo el peso de la Ley para
machacarlas y
dejarlas tiradas en la calle sin nada.
El luto nacional por la muerte de esta dirigente del
PP de León, demuestra que para este gobierno y resto de partidos de la
monarquía borbónica, de la izquierda a la derecha, hay ciudadanos/as de primera
y de segunda, los/as de primera ganan muchos sueldos, ocupan varios cargos, son
millonarios/as y viven del triste cuento de la política. Los/as de segunda
sufren, sobreviven, no tienen trabajo, pasan hambre, miserias y son pisoteadas
por un poder en manos de la maldad, la desvergüenza y la codicia ilimitada.
Cualquier muerte violenta debe ser condenada, incluso
las que se provocan desde el poder, las cientos de miles de personas muertas,
asesinadas en los últimos años reclaman justicia. Unos crímenes que tienen
culpables con nombres y apellidos, que llevan el sello personal de personajes
sin escrúpulos, que un día serán castigados/as por la justicia de los pueblos,
la que no olvida ni perdona.
http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/
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