martes, 13 de mayo de 2014

Cuando la muerte violenta no es por desahucio la casta política está de luto

Una vez asesinada la presidenta de la Diputación de León con 13 sueldos y las banderas de media España ondean a media asta, los partidos políticos del régimen suspenden, incluso Izquierda Unida, la campaña electoral. La casta se echa las manos a la cabeza, llora en muchos casos con lágrimas de cocodrilo, pero jamás reacciona ante las miles de personas que se quitan la vida cada día víctimas de las vergonzosas políticas de desahucios, personas que se tiran por un balcón, que se cuelgan, que se queman a lo bonzo en cualquier sucursal bancaria, que se cortan las venas o se toman un frasco de pastillas al no poder aguantar más la presión y las amenazas de un sistema corrupto.

El suicidio ya es en el estado español la primera causa de muerte violenta y no pasa nada, nadie se rasga las vestiduras, no levantan las manos diciendo ¡Basta ya! en su oscura y enlutada parafernalia siniestra, la de los buenos tiempos del voto del miedo, acusando sus tertulianos/as a sueldo desde diversos medios a la sociedad civil organizada de ser culpables de un asesinato, de una muerte que se produjo en un ajuste de cuentas entre quienes nos gobiernan.

Los desahucios generan muertes violentas por suicidio, asesinatos impunes que nadie castiga, golpeando a cientos de miles de familias que son expulsadas de sus viviendas, muchas veces a palos, porrazos, empujones, insultos, patadas y balas de goma. Niños, niñas, personas mayores, discapacitados/as y enfermos/as en fase terminal han sufrido esta brutal represión. El mundo lo ha podido ver, las brutales imágenes que avergüenzan a todas las personas defensoras de la libertad y la verdadera democracia, que entristecidas contemplamos como los gobiernos de España tratan a la ciudadanía, criminalizando a personas honradas que solo han sido estafadas vergonzosamente por la banca, para luego utilizar todo el peso de la Ley para machacarlas y dejarlas tiradas en la calle sin nada.

El luto nacional por la muerte de esta dirigente del PP de León, demuestra que para este gobierno y resto de partidos de la monarquía borbónica, de la izquierda a la derecha, hay ciudadanos/as de primera y de segunda, los/as de primera ganan muchos sueldos, ocupan varios cargos, son millonarios/as y viven del triste cuento de la política. Los/as de segunda sufren, sobreviven, no tienen trabajo, pasan hambre, miserias y son pisoteadas por un poder en manos de la maldad, la desvergüenza y la codicia ilimitada.

Cualquier muerte violenta debe ser condenada, incluso las que se provocan desde el poder, las cientos de miles de personas muertas, asesinadas en los últimos años reclaman justicia. Unos crímenes que tienen culpables con nombres y apellidos, que llevan el sello personal de personajes sin escrúpulos, que un día serán castigados/as por la justicia de los pueblos, la que no olvida ni perdona.

http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/


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