El colectivo que
trabajaba en Delphi (Puerto Real, Cádiz) era hasta hace bien poco
considerado "aristocracia obrera". Hoy una parte -la que peor ha salido
parada- ocupa el edificio de los sindicatos en Cádiz y lo ofrecen de
forma ejemplar a todos los colectivos.
Lo están pasando muy
mal, aunque la lucha y el encierro les sirve para salir de la espiral
autodestructiva. Como venimos diciendo, hay que acompañarlos en este
tipo de actividades de solidaridad. Aquí y en todas partes, si no nos
bajamos al barro no habrá cabeza (o miras) que pueda elevarse.
No habrá frase política
-por exacta que resulte- a la que se le ponga oídos, si antes no se ha
ganado el derecho práctico a ser escuchados con el ejemplo de
acompañamiento de las luchas cotidianas y nuestra contribución a mejor
organizarlas
Ernesto Martín
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