martes, 30 de septiembre de 2014

Manifiesto por Catalunya de un andaluz


estelada

Declaro que soy andaluz, por nacimiento, emoción y pasión. Que conozco (y amo) a Andalucía, desde Segura de la Sierra hasta Ayamonte, desde Terreros hasta El Rosal, pasando por los pueblos, ciudades, ríos, mares y cielos de La Judería, Triana, La Viña, El Perchel, San Miguel, El Albaicín, El Zapillo…
Manifiesto mi identificación con la idea, obra y aliento de hombres como Blas de Infante, Díaz del Moral y mi amigo Pepe Aumente.
Manifiesto mi reconocimiento a la identidad andaluza, su habla y su cultura, expresada por la genialidad de andaluces universales como Velázquez, Juan Ramón, Maimónides, Machado, María Zambrano, García Lorca o Picasso.

Dicho esto, también declaro o manifiesto:
Mi identificación con el pueblo de Catalunya en su derecho inalienable de decidir sobre su adscripción y organización territorial y política, recogida en Artículo 1 de la Ley Internacional de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Mi apoyo personal, intelectual y político a su lucha contra el rancio nacionalismo opresor castellano- españolista, a su secular lucha en desigualdad contra la opresión de sus señas de identidad, lengua y cultura y a la tenacidad y firmeza del pueblo catalán.
Sin ambages de ningún tipo expreso mi apoyo a su afán de autodeterminación, soberanismo e independentismo, que corresponden a su identidad, opinión expresada masivamente en centenares de ocasiones, hechos y motivos.
Me declaro, emocional y físicamente, al lado de los millones de catalanes que han expresado su voluntad en las recientes manifestaciones de los tres últimos “11 de septiembre”. Estoy con (la estelada) en el “Abrazo”, la “V” y las concentraciones en los Ayuntamientos que se están celebrando en estos momentos.
Considero totalitaria, antidemócrata, parcial e imperialista, la actuación del Gobierno, el Consejo de Estado, el Tribunal Constitucional y los partidos centralistas y sucursalistas, fuente inagotable de corrupción y privilegios inadmisibles. Estoy en contra que el Estado Español se convierta en una cárcel de pueblos, sin ninguna garantía y derecho, frente a una idea medieval de “estado” y “nación”.
Supero la supuesta contradicción de mi formación no ocultada de marxista y no considero, por simplista y reduccionista, el movimiento nacionalista catalán como soportado y alentado exclusivamente por la burguesía, ya que resultaría despreciador e ignorante de la realidad social e histórica.
Como andaluz andalucista estoy con quien defiende y ama a su tierra, su identidad, su lengua y su cultura, sin olvidar en ningún momento la lucha y la reivindicación social ante la creciente y expansiva fuerza del capitalismo y el liberalismo económico, puestos en depredación de las clases populares y trabajadoras, incluida la decrépita oligarquía catalana representada iconográficamente por el señor Pujol.
Desde Andalucía, con amor, a Catalunya y los catalanes.

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