Juan Diego Botto: “Lo importante es el cambio, sea con Garzón, Podemos, Guanyem o todos juntos”
‘Cuando el Parlamento es un
teatro… los teatros deben ser parlamentos’. Así reza el cartel que da
entrada a la sala Mirador, en el barrio de Lavapiés (Madrid) y que
desde hace un par de años gestiona el actor Juan Diego Botto. Y la frase
vuelve a cobrar sentido en la temporada presentada esta semana en
la que volverán a estar presentes obras que hablan de recortes,
austericidio, la desmemoria histórica o la perversión del lenguaje
.
Mucho drama, pero también un toque lírico –continúan los recitales de poesía– y comedia de la mano de Mongolia, el musical. También
contará con charlas en las que participarán Juan Carlos Monedero, una
de las voces más activas de Podemos, y Ada Colau, que presentará el
proyecto Guanyem. Botto asegura que hoy toca posicionarse y por eso,
antes de esta entrevista manda un recadito al ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro: “El 21% sigue siendo una realidad cruel. No somos un
bien de lujo. Nos sentimos más cómodos en lo normalito”.
Ha dicho en la presentación que la temporada anterior fue un éxito: vuelve el teatro político.
Los números nos dicen que ha
sido la mejor temporada en muchos años. Lo más difícil fue la poesía,
pero todo funcionó muy bien y creemos que merece la pena hablar de lo
que está sucediendo en la calle, la pauperización de la sociedad, los
recortes, la gente que vuelve a casa de sus padres, la que se marcha al
extranjero… Pensamos que la Mirador puede ser una sala que dé cabida a
todo eso porque necesitamos espacios para pensar con calma. No un debate
de un partido político para convencerte, sino pensar.
Programan teatro político pero con un punto muy lírico. Es decir, huyen de lo panfletario.
Cuando hablamos de teatro político pensamos en Bertolt Brecht, pero teatro político también esComedia sin título,
de Lorca. En el teatro político cabe la comedia, el drama, textos más
líricos… Es un teatro que ha evolucionado mucho y habla de lo que nos
pasa. Es normal que un dramaturgo de 30 años escriba sobre la
precariedad. Por ejemplo, Pérez & Disla se tienen que dedicar a otra
cosa para poder escribir. Son los autores de La gente en la que hay una asamblea en la que no se llega a nada, pero es necesario mostrar ese diálogo que se produce.
Y el espectador quiere ver el drama que tiene en su propia casa.
La gente que va al teatro
tiene ganas de reírse o llorar con lo que le pasa. A uno lo que le
interesa es que le pasen cosas, que no le aburran y cuando te emocionas y
te identificas con una obra te sientas cómodo. No es casual que después
de nosotros hayan aparecido otras iniciativas en el mismo sentido.
Sí,
han abierto nuevas salas, pero también están cerrando otras como la
reciente El sol de York. A pesar de la explosión de talento, no parece
fácil sobrevivir en Madrid.
Es muy difícil, sí. Primero
porque las ayudas son escasas y limitadas, el 21% del IVA es sangrante,
no hay una política que favorezca a los públicos, no hay un vínculo
entre educación y cultura, y luego las dificultades que te pone la
Administración son infinitas. Como dice Tristán Ulloa, que no nos
ayuden, pero que no nos estorben. El 21% del IVA es un arma de
destrucción masiva del teatro.
¿Ha llegado el momento de posicionarse?
Mi parte como actor es
indivisible de mi parte como ciudadano. El ser ciudadano es un hecho
inevitable y como tal opino. La realidad se cambia desde la política,
pero no estoy hablando de partidos políticos, sino desde la protesta, la
reivindicación callejera. Después, la opción de voto es ya una cuestión
personal, aunque ahora hay opciones que antes no existían y que creo
que son más interesantes.
De hecho, en esta nueva temporada de la Mirador van a participar Juan Carlos Monedero y Ada Colau.
La irrupción de Podemos ha
sido todo un revulsivo. A Monedero le conozco desde hace muchos años y
siempre ha estado ahí, aportando pensamiento. Ada Colau es un referente
ético ciudadano. Lo que significó la PAH es un hito histórico y ahora
repite esa experiencia del movimiento social llevándola al ámbito
político.
Pero usted, por otra parte, siempre ha estado vinculado a IU.
IU era la única opción de
izquierdas que había hasta hace pocos meses. Yo sólo he pedido una vez
el voto y fue para un ciudadano, Alberto Garzón, con el que me une una
amistad, me gusta su visión de la economía y está aportando un cambio en
IU, pero eso no significa que yo esté en ningún partido. Lo importante
es la unidad y que el cambio se produzca. Y eso puede ser con Alberto,
Podemos, Guanyem o todos juntos.
¿Todos juntos?
Lo importante son las ideas y
que estas puedan materializarse. Mi fidelidad es a esas ideas que
acaben con esta realidad tan corrupta, los recortes, los jóvenes que se
tienen que ir, con este austericidio…
Por cierto, volviendo al teatro, ¿seguirá con Un trozo invisible de este mundo?
Haremos gira en abril y mayo de 2015 por Buenos Aires y ahí cerramos. No vuelvo a Madrid. Pero ya estoy escribiendo otra obra.
¿Sobre?
Es una historia con seis personajes que transcurre en 24 horas y gira, entre otras cosas, en torno a los desahucios.
Y a repetir el éxito de Un trozo invisible. ¿Aún sorprendido?
Sí. Han sido dos años
recibiendo críticas unánimes y eso no me había ocurrido nunca. Cuando en
ABC Toledo recibimos una crítica muy elogiosa y muy bonita… esta obra
ha sido lo más bonito que me ha pasado en mi vida profesional y también
como escritor.
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