El cortometraje titulado "Lobos" se ajusta a la peliculera frase 'basado en hechos reales', y se ha guionizado a partir de entrevistas con empleados de banca. con expedientes judiciales y con decenas de testimonios de personas relacionadas con la banca.
"Lobos" basicamente intenta reflejar las reuniones que a puerta cerrada mantienen algunos directivos de entidades muy conocidas y que, sin ningun tipo de escrupulos, ponen en practica métodos de presión para la venta de distintos productos financieros que rozan o muchas veces sobrepasan la linea de la legalidad.
Los llamados despidos disciplinarios del trabajador, tambien son tratados de lleno reflejando las actitudes vejatorias y humillaciones a los empleados por parte de los jefes de banca a las que están sometidos. El mobbing, el enchufismo laboral, de cómo algunas inspecciones de trabajo están "apalabradas" con los bancos y de muchas más cosas que apenas son publicadas en los medios de comunicación.
No es más que el más que conocido retrato de la falta de escrúpulos de los grandes banqueros, es decir, de la inmoralidad capitalista en general, con la que la gran empresa y, a su estela, los empresarios en general, tratan a sus trabajadores (aprovechando la vorágine fascista provocada por la euforia neoliberal producida tras la caída de la Unión Soviética), y que es paralela a la forma de tratar a sus clientes (sobre todo, y como sucede en toda sociedad fascista, por mucho maquillaje democrático que se ponga, a los más débiles).
"Lobos" es un retrato de la barbarie capitalista concretada en una de sus máximas expresiones, los bancos y los banqueros, y de cómo los derechos de los trabajadores, los de dentro y fuera de las empresas, les importan muy poco a las "democráticas" empresas del sistema de explotación capitalista. Mientras a los empleados se les trata como siervos y se les recortan derechos laborales y se les despoja de todo respeto, se condena a la miseria a las familias, se multiplican los deshaucios, y se privatizan para beneficio de los grandes mafiosos del sistema todos los servicios públicos y los derechos fundamentales (a la vivienda, al trabajo o a la vida y a la atención sanitaria o educativa).
La humillación actual que sufre la clase trabajadora, cada vez más cruda y salvaje, de poco en poco más cercana a la esclavitud y bajo la criminalización de todo intento de protesta o lucha por sus derechos, es propia de las épocas en las que el capitalismo no tiene ya necesidad de fingir su verdadero rostro criminal. Y, lógicamente, tal y como ha demostrado la historia, solo si acabamos con los criminales, y esta vez debe de ser de forma definitiva, sin volver a repetir el error de confiar en la imposible bondad y la incompatible humanidad de los delincuentes del gran capital, lograremos evitar que alimañas y parásitos sigan viviendo despreciando y pisoteando a la clase trabajadora.
El corto se puede ver con subtitulos en español, inglés e italiano.
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