miércoles, 2 de abril de 2014

Los pueblos organizados son invencibles


En estos tiempos de profunda crisis en distintos planos en que se agudizan las contradicciones y se hace cada vez más palpable el miedo de las clases dominantes a perder su status de privilegio y dominación, cobran una gran importancia las iniciativas informativas que ayuden a arrojar pequeños rayos de luz a través de la maquinaria
mediática de manipulación del sistema capitalista. Hacen falta iniciativas para ayudar a desmontar los engaños impuestos y tratar de analizar, entender y comprender qué pasa realmente en el mundo que nos rodea.
Partiendo de la certeza de esta importante necesidad, y asumiendo las propias limitaciones, es que nace este proyecto de publicación de Red Roja. Y parte en un momento en que el mandato de los millones de personas que se movilizaron con las Marchas de la Dignidad exigiendo el no pago de la deuda, trabajo digno (o renta básica) y servicios públicos para todxs (además de, como dice el manifiesto, el derecho de los Pueblos a Decidir o la Plena Igualdad de las Mujeres), está aun fresco, y es fácilmente observable en cada noticiario la manipulación de los grandes medios informativos españoles saltando por momentos de lo absurdo a lo burlesco.



Las Marchas de la Dignidad, como movilización histórica que ha desbordado todas las previsiones y ha sacado a la calle a millones de personas sin el apoyo de los sindicatos mayoritarios, además, han conseguido estructurar un programa político con capacidad y voluntad de unificar las luchas de multitud de sectores. Cuestión absolutamente necesaria. Y es ahora, a partir del trabajo realizado que ha producido este hito para el movimiento popular, cuando precisamente se empiezan a dar las condiciones para articular las formas de coordinación y solidaridad que necesitamos hoy día en el Estado español. Pero para eso ahora toca volver a los barrios, a los pueblos, a los centros de trabajo y estudio a fortalecer y extender ese germen de organización.



Sin la construcción de organizaciones de base y unitarias, articuladas en torno a los ejes programáticos que han hecho posible las Marchas, corremos el grave riesgo de que el movimiento se disuelva, y no nos lo podemos permitir.



El camino está abierto y la clase obrera y los pueblos organizados somos invencibles.

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