jueves, 4 de septiembre de 2014

El cinismo y fariseísmo de Cristobal Montoro no tiene límites

critobal

La mayoría de los ciudadanos podemos compartir las declaraciones del Ministro de Hacienda, cuando afirma que Jordi Pujol es un defraudador que nos ha engañado a todos desde hace más de tres décadas, y  estamos ante uno de los casos más graves que ha sido investigado por la Hacienda Pública.
Lo que no ha explicado es por qué han tardado tantos años en enterarse y cuáles son las motivaciones reales para que se destape este caso, precisamente ahora. Porque, no nos olvidemos, la carta en la que el “venerable” reconoce sus pecados viene motivada por las infracciones tributarias que le han sido comunicadas por la Agencia Tributaria, que se mueve precisamente bajo la batuta del señor Montoro. Y no nos olvidemos que también fue Ministro de Hacienda entre los años 2000 y 2004, cuando Jordi Pujol ya campaba por sus fueros con plena impunidad, y no se tienen noticias de que por entonces hubiese actuado.
Pero lo que es mas censurable e indecente es que quien preside un ministerio técnico, comparezca en tal condición ante el Congreso para hacer política interesada de partido, y sin dar datos concretos, dada su confidencialidad, vierta graves insinuaciones frente a un presunto infractor que, de ser ciertas, serían constitutivas de delito. Tal parece que el Gobierno de turno disponía de una munición, que ha decidido utilizar torticeramente precisamente ahora cuando el momento político así lo requería; y esto resulta impúdico y obsceno para quienes pretenden enarbolar la bandera de la regeneración democrática.
La primera pregunta que nos debemos hacer es que si Cristobal Montoro sabía todo lo que insinúa pero no concreta, ¿cuál es el motivo por el que no dio cuenta al Fiscal para interponer la querella correspondiente por presuntos delitos de defraudación tributaria, permitiendo que éstos pudiesen prescribir por el transcurso de los cinco años previsto en el Código Penal?. Porque nuestro ordenamiento jurídico también considera delito conocer y no denunciar unos hechos de tal naturaleza, del que puede ser autor el mismísimo Ministro de Hacienda, por muy aforado que sea.
Lo también llamativo y escandaloso es que Cristobal Montoro pertenece a un partido que, por  lo que vamos sabiendo, y es fácil afirmarlo, encadenando el caso Naseiro con las causas que investiga ahora el juez Ruz,  lleva financiándose de forma ilegal y defraudando a Hacienda desde su nacimiento, caminando en el tiempo por la misma senda por la que transitaba, el  ahora impresentable, Jordi Pujol.  Por lo que no estaría de más que también nos informase de los expedientes abiertos a sus extesoreros,  todos ellos imputados ante la jurisdicción criminal, por presuntas infracciones fiscales. Y, de paso, que nos aclarase si Don Mariano Rajoy está siendo investigado por no haber declarado el dinero que cobró en B, de origen ilícito, tal como afirmó, su gran amigo durante años, Luis Bárcenas.
Los rumores apuntan a que las comisiones por adjudicación de obras de los dos grandes partidos de ámbito nacional eran claramente superiores al 3%, aunque esto, ni otras cosas peores, nadie se ha encargado de investigar; y debemos recordar que Jordi Pujol sabe mucho de todo esto y de los pecados de los demás, y si arrinconas a un perro rabioso puede empezar a dar dentelladas a diestro y siniestro. ¿Tiene algo que decir al respecto Don Cristobal  Montoro?. Al menos confiemos en que cada vez que entre en la sede de su partido en la calle Génova se le ponga la piel de gallina, con sólo pensar que en parte se ha rehabilitado con dinero B, de procedencia ilícita, no declarado a la Agencia Tributaria, tal como ha afirmando el juez Ruz en más de una resolución, y que él no ha tenido la decencia de investigar. ¿No le da vergüenza pretender convertirse en el látigo de los infractores fiscales cuando pertenece a un partido infectado de casos de corrupción y con prácticas mafiosas, que ha venido sistemáticamente defraudando al fisco con plena impunidad?.

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