El cinismo y fariseísmo de Cristobal Montoro no tiene límites
La mayoría de los ciudadanos podemos
compartir las declaraciones del Ministro de Hacienda, cuando afirma que
Jordi Pujol es un defraudador que nos ha engañado a todos desde hace más
de tres décadas, y estamos ante uno de los casos más graves que ha
sido investigado por la Hacienda Pública.
Lo que no ha explicado es por
qué han tardado tantos años en enterarse y cuáles son las motivaciones
reales para que se destape este caso, precisamente ahora. Porque, no nos
olvidemos, la carta en la que el “venerable” reconoce sus pecados viene
motivada por las infracciones tributarias que le han sido comunicadas
por la Agencia Tributaria, que se mueve precisamente bajo la batuta del
señor Montoro. Y no nos olvidemos que también fue Ministro de Hacienda
entre los años 2000 y 2004, cuando Jordi Pujol ya campaba por sus fueros
con plena impunidad, y no se tienen noticias de que por entonces
hubiese actuado.
Pero lo que es mas censurable e
indecente es que quien preside un ministerio técnico, comparezca en tal
condición ante el Congreso para hacer política interesada de partido, y
sin dar datos concretos, dada su confidencialidad, vierta graves
insinuaciones frente a un presunto infractor que, de ser ciertas, serían
constitutivas de delito. Tal parece que el Gobierno de turno disponía
de una munición, que ha decidido utilizar torticeramente precisamente
ahora cuando el momento político así lo requería; y esto resulta
impúdico y obsceno para quienes pretenden enarbolar la bandera de la
regeneración democrática.
La primera pregunta que nos debemos
hacer es que si Cristobal Montoro sabía todo lo que insinúa pero no
concreta, ¿cuál es el motivo por el que no dio cuenta al Fiscal para
interponer la querella correspondiente por presuntos delitos de
defraudación tributaria, permitiendo que éstos pudiesen prescribir por
el transcurso de los cinco años previsto en el Código Penal?. Porque
nuestro ordenamiento jurídico también considera delito conocer y no
denunciar unos hechos de tal naturaleza, del que puede ser autor el
mismísimo Ministro de Hacienda, por muy aforado que sea.
Lo también llamativo y escandaloso es
que Cristobal Montoro pertenece a un partido que, por lo que vamos
sabiendo, y es fácil afirmarlo, encadenando el caso Naseiro con las
causas que investiga ahora el juez Ruz, lleva financiándose de forma
ilegal y defraudando a Hacienda desde su nacimiento, caminando en el
tiempo por la misma senda por la que transitaba, el ahora
impresentable, Jordi Pujol. Por lo que no estaría de más que también
nos informase de los expedientes abiertos a sus extesoreros, todos
ellos imputados ante la jurisdicción criminal, por presuntas
infracciones fiscales. Y, de paso, que nos aclarase si Don Mariano Rajoy
está siendo investigado por no haber declarado el dinero que cobró en
B, de origen ilícito, tal como afirmó, su gran amigo durante años, Luis
Bárcenas.
Los rumores apuntan a que las comisiones
por adjudicación de obras de los dos grandes partidos de ámbito
nacional eran claramente superiores al 3%, aunque esto, ni otras cosas
peores, nadie se ha encargado de investigar; y debemos recordar que
Jordi Pujol sabe mucho de todo esto y de los pecados de los demás, y si
arrinconas a un perro rabioso puede empezar a dar dentelladas a diestro y
siniestro. ¿Tiene algo que decir al respecto Don Cristobal Montoro?.
Al menos confiemos en que cada vez que entre en la sede de su partido en
la calle Génova se le ponga la piel de gallina, con sólo pensar que en
parte se ha rehabilitado con dinero B, de procedencia ilícita, no
declarado a la Agencia Tributaria, tal como ha afirmando el juez Ruz en
más de una resolución, y que él no ha tenido la decencia de investigar.
¿No le da vergüenza pretender convertirse en el látigo de los
infractores fiscales cuando pertenece a un partido infectado de casos de
corrupción y con prácticas mafiosas, que ha venido sistemáticamente
defraudando al fisco con plena impunidad?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario