miércoles, 21 de mayo de 2014

Al comunismo algunos le llaman "izquierda fundamentalista" (sobre un malintencionado artículo de Rafael Narbona)


En los tiempos de crisis, cuando  se gestan conflictos interimperialistas y azuza la protesta social, la historia
nos enseña que surgen como setas venenosas mercenarios intelectuales dentro de los movimientos de "izquierda" para intentar frenar la organización y la revuelta popular y obrera. Cuando la burguesía empieza a verle las orejas al lobo, empiezan curiosamente a surgir esbirros y sirvientes que intentan, por cualquier medio, criminalizar al comunismo.


En este contexto es en el que hay que ubicar un artículo publicado recientemente por un tal Rafael Narbona, conocido intelectual y con cierto prestigio en los medios alternativos, en el que recurre a los habituales clichés inventados por el fascismo (Goebbles, Hearst, Conquest, etc...) criminalizando a Stalin, repitiendo tópicos ya demostrados como falsos (e incluso asumidos por Goebbles en su diario, como el famoso caso Katyn, que reconoce que fue perpetrado por los alemanes).

Es cierto que los comunistas no deben mitificar a los que nos enseñaron el camino, pues cualquier análisis demuestra que también tuvieron fallos, no solo aciertos (pero no precisamente, ni de lejos, los inventados por el fascismo y repetidos por Narbona). De hecho, una de las ideas esenciales del comunismo es la necesidad del ejercicio de la autocrítica, aprendiendo constantemente en la práctica de los errores y de los aciertos. Por eso, lo que debemos tener presente siempre, y en eso se basa otra idea esencial del comunismo, es que Lenin, Stalin, Mao, por ejemplo, partieron del estudio de las teorias anteriores y de su aplicación práctica, adaptandola a las situaciones nuevas, e intentando evitar los errores previos, mejorar la teoria para adecuarla mas eficazmente a la practica. Lenin adaptó a Marx, lo mejoro en relacion a sus circunstancias historicas concretas, lo propio hizo Stalin con respecto a Lenin, y lo mismo intentaría hacer Mao con respecto a Stalin.

Narbona, como todo servidor del capital con piel de oveja, lo que hace simplemente es hacer tabla rasa de la historia, seguir las consignas inventadas en Berlin, Washington y Bruselas para desprestigiar al que dirigió, no él solo, sino arropado por sus colaboradores en el partido y el gobierno socialista y por los pueblos sovieticos, la gran victoria contra el fascismo y el capital, algo que jamás podrán perdonarle los que intentan como sea seguir viviendo indefinidamente del saqueo y del robo.

Olvida, cuando afirma que la izquierda tiene que huir de la violencia, que Marx y Engels, en el propio manifiesto fundacional del comunismo, afirman que "los comunistas no tienen porque mantener encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente".

Narbona, sin embargo, pasándose a Marx por donde se lo pasan sus amigos los explotadores, dice "La ira es legítima, pero la violencia no constituye una solución en la Europa del siglo XXI. La violencia siempre representa un fracaso de la moral y la convivencia". Y cita, para demostrarlo, a los "avances" del socialismo del siglo XXI en América del Sur y, en especial, a San Pepe Mújica, ese vociferante abuelito que, tras los velos de su pasado guerrillero y su vida tranquila y pobre, justifica el avance del capitalismo y el saqueo multinacional en su país.

Rafael Narbona, al servicio del capital
Narbona ignora conscientemente, pues sus pretensiones son las mismas que los enemigos de la clase trabajadora, que en realidad saben a la perfección que así es y tienen un miedo atroz a que los explotados lo vuelvan a asumir como única vía posible para alcanzar su emancipación, que la violencia es el único camino para la emancipación de los trabajadores, como ya dejaron claro Marx y Engels, y después lo llevaron a efecto Lenin, Stalin y Mao y otros como ellos. Sin embargo, y para evitar que la clase obrera asumiera como único camino para su emancipación la clara demostración de que solo con la violencia organizada se puede luchar contra la violencia ejercida por la clase capitalista, esta idea básica y esencial del comunismo fue criminalizada por la propaganda capitalista (también incluso la de dentro de la propia URSS), y con ello se acabó criminalizando también a los que dirigieron las grandes experiencias victoriosas históricas de los explotados contra los explotadores.

Por eso precisamente, porque solo violentamente se puede acabar con el fascismo, con la democracia burguesa y, en fin, con el capitalismo, Narbona y los que como él no creen en que se puede alcanzar una sociedad sin clases, y prefieren reformar, como si eso fuera posible, humanizar la barbarie, criminaliza a Stalin, a Corea del Norte y a toda lucha organizada de la clase trabajadora que pueda dar al traste con la sociedad en la que una minoria vive parasitando la riqueza creada por los que trabajan y, con ello, los privilegios de unos cuantos criminales y de los intelectuales a su servicio.

En todo caso, también hay que señalar a medios supuestamente alternativos como Kaos en la Red que publican los artículos de este tarambana que, como el girasol, siempre se mueve hacia el sol que más calienta, y que se dedica a criminalizar al comunismo y a los que simbolizan sus grandes pasos hacia una sociedad sin clases y, por lo tanto, libre, igualitaria y sin explotación.

Quien quiera leer el tendencioso e intencionado artículo del citado Narbona, puede hacerlo en el siguiente
link: Stalin y Corea del Norte: falsos paraísos de la izquierda fundamentalista

No hay comentarios:

Publicar un comentario