martes, 20 de mayo de 2014

Amor por decreto



Durante los últimos años, gracias a la casta política española:
Seis millones de personas están sin empleo.
Varios miles de familias han sido desahuciadas de sus viviendas.
Se han recortado las prestaciones sociales de tal manera que varios millones de personas no reciben ni un solo euro y se ven obligadas a malvivir de la solidaridad familiar.


Se han recortado los presupuestos en sanidad y educación hasta dejarlos bajo mínimos, con la intención de privatizarlas y que sus amigos se merienden todo el pastel.
Se han bajado sueldos y se han quitado pagas extras.
Se ha rescatado a la banca pero se ha dejado que las personas se hundan sin remedio.
Se ha condenado a miles de chicas y chicos jóvenes a emigrar para buscar un futuro mejor que el que se les presenta en su tierra.
Se han reducido drásticamente las becas para estudiar en la universidad, y un montón de gente de valía no puede estudiar porque no tienen dinero para costearse los estudios.
Se ha dejado a miles de dependientes sin ayudas a la dependencia.
Se han tomado medidas económicas y políticas que sólo benefician a los bancos y a los ricos y que perjudican gravemente a todos los demás.
Se han subido las tarifas energéticas hasta niveles insospechados.
Se ha recortado la inversión en I+D, lo que ha obligado a miles de investigadores a buscarse la vida en universidades extranjeras.
Se ha convertido a este país en un lugar donde abundan los niños que viven por debajo del umbral de la pobreza.
Se ha flexibilizado el mercado laboral de tal manera que los trabajadores han perdido, en la práctica, cualquier derecho adquirido.
Se ha intentado reprimir, mediante la violencia y la coacción, a la gente que ha salido a la calle a manifestarse legítimamente.
Se han aprobado, o están en vías de ser aprobadas, leyes que recortan libertades y derechos reconocidos que han costado años y años de luchas.
Se ha legislado contra la mayoría de la población.
Se ha mentido.
Se han incumplido las promesas electorales haciendo todo lo contrario de lo que se había dicho que se haría.
Se ha malversado el dinero público.
Se ha robado el dinero público.
Se ha indultado a cientos de políticos que estaban condenados por corrupción.
Se ha condenado a miles de personas a una vida de mierda.
Y se han cometido otras muchas barbaridades cuya enumeración, a estas alturas, resulta redundante.

Y todavía se asombran de que la gente los odie.
Y todavía pretenden que la gente los quiera por decreto.

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