miércoles, 21 de mayo de 2014

Colombia; Santos va a ganar las elecciones

  La oposición es demasiado violenta y el gran capital cree que Uribe hizo su trabajo –que era asesinar a miles de activistas- pero ya no sirve para una fase de consolidación

Análisis de James Petras en CX36, lunes 19 de mayo de 2014. www.radio36.com.uy - Escuchar aquí: http://www.ivoox.com/james-petras-19-05-audios-mp3_rf_3132428_1.html
Efraín Chury Iribarne: Comencemos por lo que pasa hoy. ¿Qué supone esta caída de las Bolsas?
JP: Hemos visto que los bancos están todavía en situación muy frágil, porque tienen muchas deudas que no se pueden cobrar, están con mucho capital financiero especulativo; la verdadera Economía no está avanzando. La situación es muy precaria. Ahora, las Bolsas tienen sus altas y bajas, no es un patrón constante o lineal. Pero en todo caso muestra la fragilidad y la posibilidad de que en cualquier momento se de otra quiebra como la que se dio en 2008 y 2009. Las condiciones no son favorables a una estabilización a mediano plazo, entonces a corto plazo hay mucha volatilidad y la precariedad es un peligro del cual están conscientes todos los inversionistas, por lo que en algún momento van a experimentar un pánico y una quiebra.
EChI: Se vienen las elecciones en Colombia. ¿Cómo analizas esa realidad?
JP: Según las encuestas (el presidente colombiano Juan Manuel) Santos está a la cabeza, pero la oposición más fascista –si se puede llamar así a los uribistas- todavía tiene fuertes posibilidades, porque tienen el apoyo de los sectores más retrógrados y más reaccionarios.
Santos no va a representar ninguna ruptura con el modelo capitalista extractivo, firmó el acuerdo de libre comercio, está negociando con los guerrilleros… Pero hay que anotar que mientras el diálogo avanza -han firmado pactos sobre el problema de la droga, otro sobre participación política y otro sobre reforma agraria- hemos visto que durante el período de negociación, el régimen ha asesinado a 15 líderes de la Marcha Patriótica, que es una asociación de movimientos sociales, sindicatos, organizaciones de indígenas y afrocolombianos.
Entonces, yo no veo que las condiciones hayan cambiado en forma dramática. Todavía es peligroso ponerse en contra de los grandes oligarcas en el campo y la ciudad. En ese sentido, puede ser que Santos sea más conciliador con los guerrilleros, que esté dispuesto a hacer algunas concesiones, pero frente a las movilizaciones de masas, populares, sigue con el brazo represivo.
Santos va a ganar las elecciones porque la oposición es demasiado violenta y el gran capital, particularmente extranjero, cree que (el ex narco-presidente Álvaro) Uribe hizo su trabajo –que era asesinar a miles y miles de activistas- pero ya no sirve para una fase de consolidación. Entonces, entre los sectores de la clase media, sectores de la oligarquía y del capital extranjero, Santos va a ganar las elecciones tal vez no en la primera vuelta pero si en la segunda, con un 55%.
Pero eso no significa una ruptura con la máquina represiva, creo que van a ser más selectivos. El problema viene en cómo van a insertar a los grupos insurgentes en la nueva política, porque incluso sectores del propio Santos quieren encarcelarlos. Tal vez les van a ofrecer participación pero con límites en la inserción a la lucha de masas.
En ese sentido tratarán de imitar el caso de Centroamérica, donde los insurgentes pueden entrar en el plano electoral, pero con presencia limitada en la lucha de masas. Creo que esto es lo que está sobre la mesa en este momento.
EChI: En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro no ha hecho buenos anuncios para junio.
JP: El problema es que EEUU no quiere ningún arreglo, o si quiere negociar es que el gobierno descarte el programa de Chávez e ingrese en algún tipo de pacto con el gran capital sacrificando los alcances sociales.
Maduro quiere conseguir un acuerdo pero está presionado por las clases populares y del otro lado por la derecha que no quiere un acuerdo más reformista, más moderado. Entonces, Maduro tiene que hablar con la derecha sobre acuerdos, inversiones, desarrollismo, pero por otro lado no puede capitular para evitar que las masas lo abandonen.
Es una situación difícil si no toman en sus manos un proyecto más radical, más socializante. En todo caso, sigue teniendo el liderazgo, pero las definiciones tanto por izquierda como por derecha, siguen pendientes.
EChI: ¿Cómo esta la situación hoy en Ucrania?
JP: Lo que está pasando en Ucrania es que EEUU tiene en sus manos tres grupos de influencia. Primero los títeres de la Junta que está proclamando nuevas elecciones. Segundo, dan el apoyo a la derecha abiertamente fascista. Y por último, tiene sectores de la clase media que está buscando acomodarse con el Este y con Rusia.
Ahora, lo que Washington propone es aplastar a los disidentes democráticos, independentistas o federalistas del Este y después implementar un gobierno, que va a negociar con Rusia para llegar a un acuerdo con promesas de que no entre la OTAN, mantener el comercio con Rusia y reconocer algunos derechos en el Este.
Washington entiende que no puede aplastar a los demócratas completamente, necesita combinar el palo y la zanahoria. Pero en términos prácticos los fascistas siguen jugando un papel importante y Washington no está en posición de sacrificarlos porque son la fuerza de choque que mantiene el régimen.
Es una situación complicada por esta razón: Washington quería conquistar a Ucrania por las bravas, pero ahora con la resistencia y la división formal del país entre Este y Oeste, está buscando con un oligarca que se llama Petro Poroshenk, un mil millonario como candidato, presentarlo como alguien más potable, más negociador. Pero mientras tanto, la guerra violenta, la guerra armada, sigue siendo la realidad. Rusia también está involucrada como apoyo al federalismo pero sin deseo de entrar demasiado profundo en el conflicto violento.
En tanto, Rusia está dando un paso grande hacia una reorientación de su política con Asia. Ayer firmaron un pacto de venta de gas con China por 30 años que va a superar todos los acuerdos que tiene con Europa para evitar presiones en el futuro, como las sanciones actuales.
Estamos en una situación bastante complicada. EEUU no puede aplastar a los demócratas del Este en Ucrania pero tampoco está dispuesto a aceptar la democracia federalista. En ese sentido hay un empate aquí entre lo que EEUU trata de imponer y lo que las fuerzas democráticas están dispuestas a aceptar. Y mientras tanto Rusia está reorientando sus políticas hacia Asia y dando consideración a negociar con el próximo oligarca presidente, el señor Poroshenk.
EChI: Nos vamos a India, donde Narendra Modi, líder del Partido Bharatiya Janata (BJP) se alzó con la victoria en las elecciones y Barack Obama lo invitó a visitar EEUU después de haberle negado el visado por nueve años.
JP: El caso de India es muy interesante, porque refleja un nuevo bloque de poder que está surgiendo en el mundo capitalista. Grandes capitales, que están certificados -mil millones de dólares se gastaron en la campaña para elegir a de Modi- es el primer elemento.
Segundo, un ejército de cien mil tecnócratas de la informática estuvo involucrado en la carrera electoral. Y también el grupo hindú fascista Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS, organización paramilitar) que asesinó a miles de musulmanes. Este nuevo bloque de poder que apoyó a Modi capturó la elección, aprovechándose de la corrupción y el fracaso del Partido Congreso. En ese contexto, la nueva configuración es de grandes capitalistas, tecnócratas con visión estrecha y etno-racistas fascistas en la base.
Ahora, esta combinación tiene resonancia en otras partes, la combinación de alta tecnología, etno-racismo y gran capital es lo que domina en Israel y es lo que Washington propone en otros lugares, tratando de combinar esta fórmula en Ucrania, Turquía, y ahora en India.
Esto podría tener espacio para actuar porque es un ataque frontal contra las organizaciones clasistas. Los fascistas sirven para desarticular la unidad y solidaridad de clase; los tecnócratas formulan los planes y designios para el avance del capital y el gran capital se aprovecha de la desregulación de la economía y de la eliminación de los programas de bienestar social. Y eso es lo que está en los ojos de los países imperiales.
No es casual que uno de los primeros simpatizantes de Modi fuera Netanyahu, que mandó un gran saludo y Modi le respondido que está dispuesto a abrazar y tratar de mejorar y profundizar las relaciones con Israel. Ambos estados tienen un tipo de etno-racismo: la supremacía del sionismo judío y la supremacía del hindú fascista. Tienen mucho en común y creo que eso es el gran peligro, el surgimiento de esta combinación como un factor en la nueva fase del capitalismo. El capitalismo no avanza más con racionalidad y democracia; avanza a partir del fascismo y de los tecnócratas vinculados al gran capital.
EChI: Bien Petras, el final como siempre para que nos comentes otros temas que estés trabajando.
JP: Si, tengo dos o tres temas para tratar brevemente. Primero, debemos reconocer el gran avance del socialismo consecuente en Grecia. Según los primeros conteos, Syriza ganó la alcaldía en Atenas y en Ática, con un 27% contra el 24% de la oposición. Esto es un indicio de que en Grecia el proceso de cambio político está en la agenda.
En segundo lugar debemos saludar lo que ya mencioné, el acuerdo Rusia-China, para evitar las presiones de los países occidentales imperialistas. Esta nueva combinación podría servir como un eje para países que buscan apoyo contra las presiones imperiales, como Irán por ejemplo.
El otro asunto que quería anotar es la lucha contra el régimen en Brasil, donde el gobierno Lula-Rousseff invirtió miles de millones en la promoción de la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos para atraer el gran capital, con la idea de que ellos pueden construir un nuevo imperio a partir de la inversión en espectáculos en vez de la inversión social.
Y las masas, particularmente los jóvenes, no están atraídos por eso, están protestando. Y frente a eso, el ministro de Rousseff, Marco Aurelio, dice que ‘no vayan a la calle, que vayan a las urnas’, porque los jóvenes salen a las calles por miles y no van a votar en las elecciones porque entienden que son todos corruptos. Miles de millones de dólares gastan los candidatos en las campañas electorales haciendo promesas que no cumplen. Entonces, el hecho es que los jóvenes van por las calles en vez de ir por las urnas. Y tienen toda la razón.
Finalmente quiero anotar que hay un proceso contra los directores de Ford en Argentina, que serán juzgados por los delitos cometidos durante la dictadura. Y eso me parece muy importante por la nueva interpretación de las dictaduras: no eran sólo dictaduras militares sino que eran dictaduras capitalistas. Y la mayoría de las víctimas no fueron guerrilleros, eran trabajadores, dirigentes sindicales, de fábricas y talleres. El 80% de los asesinados en Argentina fueron trabajadores en fábricas como Ford. Lo que pasaba es que los militares entraban a la fábrica, la directiva les entregaba la lista de militantes y luego los mataban. Esas eran dictaduras del gran capital contra la clase obrera y no fue solo una lucha entre generales y guerrilleros.

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