por Benito Sacaluga
Viernes, 06 de Junio de 2014 08:14
Nos están robando, españoles. Una banda de forajidos que se ha
apoderado del poder público para saquear a mansalva a la patria. Y creo
que tenemos derecho a creer que el rey cobra su quiñón del botín, según
uso de cruzada.
(1) Nos están robando, españoles. Una
banda de forajidos que se ha apoderado del poder público para saquear a
mansalva a la patria. Y creo que tenemos derecho a creer que el rey
cobra su quiñón del botín, según uso de cruzada. Por algo dijo más de
una mala vez que el sería rey destronado, pero no tronado. Y de aquí esa
indecente comedia de hallarse secuestrado por la dictadura y de no
tener con que sustituir a sus reales bandoleros de tanda. Mas él tendrá
que rendir cuentas de que no le redime el pasar por sus dedos febriles
las del rosario en un ataque de atrición cobarde. Y en último caso que
se vuelva contratado a Deauville.
Nos invitan a discutir y
con moderación sobre principios, pero cuando unos salteadores nos están
desvalijando la casa no hemos de ponernos a discutir con ellos del
derecho de propiedad y lo que es el robo. Lo que apremia es arrojarlos y
a poder ser por el balcón abajo. Las discusiones después.
Miente el doctor eso por
causa de deshonor, castizo profesional de la uña sucia y de la boca aun
más sucia de mentira, miente como un estafador que es, cuando dice que
obedecemos a prejuicios doctrinarios de liberalismo. No invocamos la
libertad, ni la Constitución, ni los derechos del hombre ni los mandatos
de la conciencia universal y si nos mueve pasión es la de la justicia.
Cuando el señor Sánchez Guerra
desembarcó en Valencia, de lo que habló fue de la fortuna que había
fraguado en el ministerio con el chanchullo de los saltos del Alberche
el duque de Tetuán, socio meritísimo de la banda de salteadores, todos a
escote de granjería criminal.
Ante esa bajuna Asamblea a la que
han ido a deshonrarse ciertos ciudadanos, algunos con hambre de
notoriedad siquiera infame –otros, más advertidos, se han retirado a
tiempo- no osó negar el cabecilla de la banda y caballero de industria,
sus depredaciones. Dijo, refiriéndose a la de los teléfonos, que los
generales –insultando así a los que no lo son de la banda- no tienen
porque entrar a examen de los términos de un contrato. Y él, entonces,
¿por qué hizo encarcelar al Sr. Ossorio y Gallardo después de haberle
atajado una carta privada que dirigió a don Antonio Maura? Ya para
entonces se había él entrevistado con cierto personaje cubano, Orestes
Ferrara, que trató con él del contubernio telefónico.
Las cosas están tan claras ya hoy,
españoles, que el que se confiese de la llamada Unión Patriótica, no es
persona honrada; no lo es. Hay que negarle hasta el saludo. Es
encubridor, sino cómplice, de ladronería. O es tonto de remate y menos
lo merece, pues como tonto, comido de envidia y de odio a toda
excelencia natural. Son la hez de los fracasados. Y los que abjurando de
esa unión colaboran como sea con la tiranía depredatoria, peor que
peor. Ni para criticarla bajo censura permite la honradez colaborar con
ellos. No se le puede dejar al reo que presida el tribunal que ha de
juzgarle. Ni se puede consentir que ejerza de poder ejecutivo el
ejecutor.
Y no invoque la banda la Patria
blasfemando. La patria no son ellos ni la persona. Como ladrones:
traidores. Y de esto les acusamos, de ladrones, traidores ladrones. Nos
están saqueando, españoles, y deshonrando a España ante el mundo civil y
civilizado. Y, encima, el inri de las zafias y groseras majaderías del
Primo ese. El pus mancha tanto como la sangre y nuestra España está
manchada. Hay que limpiarla a raspa de legra.
Miguel de Unamuno desde su exilio en el País Vasco Francés (1929)
Esto que escribió indignado Miguel de
Unamuno, con las adecuaciones oportunas podría hoy publicarse por
segunda vez. Unamuno, filosofo y escritor, perseguido por la dictadura
de Primo de Rivera hubo de exiliarse a Francia. Tras la caída la
dictadura en 1930 regresa a España. En tres periodos fue Rector de la
Universidad de Salamanca, el último coincidente con la proclamación de
la II República hasta que el dictador Franco lo cesó en 1936. En 2011
fue restituido en el cargo a modo póstumo. El 14 de abril de 1931 se
encarga de proclamar la República en Salamanca desde el balcón del
Ayuntamiento. Diputado por Salamanca desde 1931 hasta 1933. Ya retirado
es nombrado en 1935 Ciudadano de Honor de la República. Criticó
activamente la reforma agraria, la política religiosa, la clase
política, al gobierno y a Manuel Azaña. Miembro destacado de la
Generación del 98. Inicialmente partidario de la sublevación franquista y
enemigo declarado de la misma desde octubre de 1936. Después de ochenta
y cinco años la denuncia de Unamuno sigue estando de actualidad. ¿Que
no diría hoy Unamuno si pudiese presenciar la corrupción política e
institucional que padecemos? Parece ser que España no tiene remedio,
parece ser que nos va la marcha, parece ser que nos place que nos roben y
engañen, parece ser.....
Benito Sacaluga
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