Golpe de mano borbónico
Monarquía - Casa irreal |
Escrito por Amadeo Martínez Inglés / UCR |
Miércoles, 04 de Junio de 2014 00:00 |
Pues sí, sí, amigos, ante la revolución progre española (en fase de crecimiento exponencial a día de hoy) destapada en las elecciones al parlamento europeo del pasado domingo 25 de mayo, con la consiguiente entrada en pánico de la derecha española capitaneada por el señor Pirro/Rajoy y el desencadenamiento de un proceso acelerado de autodestrucción controlada por parte del PSOE del residual Rubalcaba, el jueves 29 por la mañana y al grito visceral de “Que vienen los rojos”, el poder fáctico borbónico radicado en los entresijos familiares de La Zarzuela y en cuya cúpula subterránea militan personajes regios muy conocidos de la denominada “banda de los tres, “La Despechá”, “La Chupá” y “El Preparao”. He puesto sus alias para preservar su intimidad institucional seguro de que ustedes los ubicarán de inmediato
Éstos,
asistidos por un pequeño círculo de neocortesanos de nuevo cuño,
decidió, por mucho que el rey cazador venga ahora diciendo que lo tenía
en su cartera desde enero pasado lo que es rotundamente falso y si no
ahí está su apretada agenda viajera de las últimas semanas buscando una
rehabilitación imposible ante el pueblo español, lanzarse al ataque, a
una alocada huída hacia delante mediante un espectacular golpe de mano
institucional (arriesgado, difícil, complicado y sin la adecuada
preparación operativa) para colocar antes de que sea demasiado tarde (o
sea, antes de que a finales del año que viene la derechona dictatorial y
absolutista que en estos momentos masacra al país pierda su patente de
corso pseudo democrática) en la Jefatura del Estado (a título de rey,
naturalmente) al soso, antipático, elitista ni-ni regio que lleva años y
años viviendo a cuerpo de rey, gratis total, a la vera de su cazador
padre en La Zarzuela, pero ¡ojo! en palacio aparte (800 millones de las
antiguas pesetas) pues es sabido que a los Borbones Dios (o el diablo)
los cría como a todo hijo de vecino pero jamás, jamás, se juntan. Salvo
para hacer barrabasadas históricas.
Pues sí, sí, asombrado lector, un golpe de mano institucional,
borbónico, casi, casi, podríamos hablar de un golpe de Estado en toda
regla pues trata de quitar a los ciudadanos su inalienable derecho de
poder decidir en libertad, de poder elegir a la persona que tras casi
cuarenta años de post franquismo coronado debe ocupar en el futuro la
primera magistratura de la nación según las reglas democráticas vigentes
en la mayoría de los regímenes políticos del mundo civilizado. Golpe de
Estado que, además, se pretende cometer con la cooperación necesaria y
fraudulenta de los dos partidos mayoritarios que se han repartido el
poder en este país durante las tres últimas décadas (ahora en fase de
autodestrucción acelerada carcomidos por la corrupción, el nepotismo, la
prepotencia, la endogamia y el absoluto desprecio por la ciudadanía) y
cuyos dirigentes no han dudado en unirse una vez más a espaldas del
pueblo (ya lo hicieron recientemente para un cambio express de la
Constitución en aras de intereses extranjeros) para que este régimen
borbónico que llevamos años padeciendo e impuesto por un dictador
genocida y sin escrúpulos, se retroalimente con la estúpida figura de un
nuevo reyezuelo dedicado desde su tierna edad al dolce far niente y a
la dolce vita.
La que se avecina, amigos republicanos, porque esto no lo podemos
permitir bajo ningún concepto y sea cual sea el sacrificio a que nos
obligue el frenazo brutal a tamaño desafío. Nos han desafiado sí, y
debemos reaccionar pronto, como ya empezamos a hacer ayer mismo por la
tarde, y de una forma continuada, sistemática, dura, coordinada,
planificada, unitaria y con fe absoluta en la victoria final. El tiempo
trabaja a nuestro favor si sabemos unirnos y trabajar juntos pues, y
esto haría las delicias de cualquier estratega, el enemigo tiene fecha
de caducidad y a corto/medio plazo, por imperativo legal y deseo expreso
de millones de ciudadanos que aspiran al cambio político y social
profundo, deberá arriar sus banderas y abandonar el campo de batalla en
el que no va a dejar, eso lo debemos tener claro todos, piedra sobre
piedra.
Nuestra estrategia no puede ser otra que la lucha democrática conjunta y
feroz y con dos frentes tácticos abiertos. Uno en el corto plazo: la
movilización perenne en las calles, banderas tricolores al viento, con
picos puntuales de concentraciones urbanas masivas en las principales
ciudades del país y marchas que confluyan sobre Madrid en las fechas,
todavía por determinar, en las que el contubernio apolítico y antisocial
del PP-PSOE que no quiere dejar al pueblo que hable, quiera escenificar
su órdago antidemocrático. Léase la todavía hipotética coronación o
proclamación del nuevo y ridículo Borbón “Felipillo el Sexto”.
El otro
frente a más largo plazo, con vistas a las elecciones del próximo año,
debe llevarnos a la rápida construcción de Un Frente Amplio de
Izquierdas, un Frente Democrático Progresista (huyo del término Popular
que todavía asusta a determinados políticos “populares”) que arrase en
la municipales, autonómicas y legislativas y arroje definitivamente al
franquismo del poder.
Para
vestir el muñeco de su descarado desprecio por el pueblo soberano, esta
panda de franquistas, borbónicos y antidemócratas que se han unido para
delinquir utilizando el Congreso y el Senado, van a utilizar el arma de
la obsoleta Constitución del 78, un pseudo texto legal redactado por
políticos franquistas a mediados de los años setenta del pasado siglo y
autorizado y aún escrito (el artículo 8º.1 que habla de las misiones de
las FAS fue puesto negro sobre blanco por la propia cúpula militar del
momento) por los jerarcas castrenses franquistas que ostentaban al
comienzo de la llamada transición el poder fáctico y real de un régimen
dictatorial que aspiraba a perpetuarse con un rey a la carta en la
poltrona de la Jefatura del Estado. Como realmente así sucedió. Para
conseguirlo montaron el fraude o teatrillo del referéndum de aprobación
de semejante Carta Magna, o mejor dicho Bodrio Magno, que el pueblo
español, engañado y aturdido por la propaganda desde el poder y por el
peligro cierto de una nueva intervención militar, no tendría mas remedio
que aprobar. Y no tan mayoritariamente como se ha propalado todos estos
años.
Bueno, amigos, termino esta primera reflexión a vuela pluma sobre este
último golpe borbónico que, arropado y asistido por unos políticos
indignos y corruptos todavía en el poder aunque ya por poco tiempo,
pretende seguir disfrutando de la corona regalada por Franco al presunto
fratricida Juan Carlos I de Borbón en 1975, en el futuro sobre la
cabeza de su heredero ¡heredero de qué, que se haga demócrata de verdad y
se presente a las próximas elecciones! el soso e inexperto Felipillo
VI. En todo este desaguisado de muchas aristas, ya iniciado pero con su
almendra por venir, solo atisbo una cosa buena: El Borbón cazador,
prepotente, dictador en la sombra, acabado físicamente por sus juergas y
devaneos de todo tipo (un biógrafo suyo no autorizado ha llegado a
adjudicarle hasta 1.500 receptoras femeninas de su semen azul,
mayoritariamente por vía vaginal, y con fines exclusivamente orgásmicos
no reproductivos) ABDICA, ABANDONA. Y ya se sabe: “A
enemigo que huye, puente de plata” Aunque en este caso (todo llegará
como le llegó a su abuelo Alfonso el Trece) el puente debería terminar
en el Juzgado de Guardia más cercano a su finca palaciega. O a la de su
vástago heredero. O a la que disfrutó durante años su amiga entrañable
del alma, su asesora estratégica Corinna.
Amadeo Martínez Inglés es militar con el grado de coronel, escritor e historiador.
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