Mientras hay vida, hay esperanza. A pesar del embrollo judicial en torno al inacabado hotel en una playa de Carboneras (Almería), los grupos ambientalistas no renuncian.
En esa línea, la Plataforma Desmontando El Algarrobico, en la que se integran una veintena de organizaciones ecologistas, acaba de iniciar una campaña de firmas para pedir al presidente del TSJA, Lorenzo del Río, la recusación de cuatro jueces del alto tribunal andaluz –Rafael Toledano Cantero, María R. Torres Donaire, Jorge Muñoz Cortés y María del Mar Jiménez Morera–, cuyas resoluciones son tendentes a conseguir la legalización del hotel de Azata del Sol construido a escasos metros de la playa y dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Además, hay una vía judicial inexplorada aún por los opositores al hotel en El Algarrobico que puede ser efectiva, según señalaron fuentes jurídicas independientes a este diario.
La plataforma mantiene que las actuaciones, reflejadas en autos y sentencias, de los cuatro magistrados han antepuesto la normativa municipal a la ambiental
para, de esta forma, evitar la demolición del hotel dejando de lado
otras sentencias como la declarada firme por el propio TSJA otorgando a
la Junta de Andalucía el derecho de retracto sobre los terrenos –es
decir, la propiedad– por 2,3 millones de euros, en un auto del 13 de
enero pasado.
O ignorando igualmente una sentencia del
Tribunal Supremo del 31 de marzo de 2012, hace ya dos años, que declaró
con carácter firme e irrevocable la ilegalidad de la licencia de
construcción del hotel porque éste invade la servidumbre de protección
del Dominio Público Marítimo Terrestre. Indudablemente, las empresas
Azata y Azata del Sol, promotoras y constructoras de la mole de 20 pisos
sobre la playa, tienen recursos para que la justicia tenga en alta
consideración sus argumentos.
Sin embargo, son veinte las resoluciones
judiciales que se oponen a la legalización del hotel, por lo que las
decisiones jurídicas de los magistrados mencionados vienen a vulnerar
“los principios de seguridad jurídica, legalidad e igualdad jurídica”,
según la petición de la plataforma que, consecuentemente, está siendo
enviada también al Consejo General del Poder Judicial, al Defensor del
Pueblo estatal y al Defensor del Pueblo Andaluz.
Mientras preparan una que se quiere
masiva manifestación en Almería para el próximo 11 de mayo, en la
plataforma siguen consternados por la inacción de la Junta de Andalucía,
al no pedir la ejecución del auto de enero pasado que le revierte la
propiedad de los terrenos. Pero hay una salida a este último particular
embrollo. Fuentes jurídicas independientes expertas en urbanismo
aseguran a cuartopoder.es que existe la posibilidad
real de que cualquier ciudadano u organismo público o privado pueda
pedir la ejecución de esa resolución firme del TSJA, aunque no esté
personado en el caso.
Según las fuentes, hay una “corriente
jurisprudencial mayoritaria” o “línea jurisprudencial” –la que se
produce por acumulación de sentencias o autos en el mismo sentido– que
establece la posibilidad de pedir la ejecución de una sentencia firme,
en casos de interés público –como es el de El Algarrobico–, siguiendo el
mismo procedimiento que deben seguir las partes del caso. O sea, lo que
debería hacer la administración andaluza: defender los intereses
generales frente a los particulares.
Se trata, simplemente, de solicitar
formalmente a la Junta que pida a su vez la ejecución del auto firme al
tribunal que lo emitió. Transcurridos dos meses sin que la
administración en cuestión haya actuado, el solicitante está
jurídicamente habilitado para dirigirse directamente al tribunal, en
este caso el Superior de Justicia de Andalucía, para pedirle que ejecute
el auto, según esa corriente jurisprudencial mayoritaria ya refererida.
La iniciativa ciudadana o popular podría así solventar la inacción de
una administración pública.
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