Felipe González, qué bajo has caído
El pasado mes de mayo, cuando ya se
conocían los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo,
en una mesa redonda organizada por la Fundación Alternativas sobre “La democracia en España“,
Felipe González obviaba hablar de su partido, sumido en una crisis
profunda, para criticar el avance de Podemos, afirmando, en la linea
que lo hace la derecha mas reaccionaria de este país, que “una alternativa bolivariana para España y para Europa sería una catástrofe sin paliativos”;
faltando al respeto a más de un millón de españoles que han optado por
esta nueva formación, hartos de la crisis profunda de nuestras
instituciones, contaminadas por los altos niveles de corrupción de los
dos grandes partidos.
Muchos creyeron que había estado muy
poco afortunado en sus palabras, propiciadas más por un calentón del
momento como consecuencia de la última derrota sufrida por los
socialistas, e impropias de un estadista de su nivel; y en especial
porque se olvidaba de que un alto porcentaje de los votos obtenidos de
Podemos proceden del desencanto de muchos socialistas, muy defraudados
por la deriva del PSOE, un partido que ya no representa a la izquierda
en nuestro pais.
Pero hace unas horas, sorprendiendo a
propios y extraños, e incomodando a muchos compañeros de su propio
partido, ha comparado a Podemos con la extrema derecha de Le Pen, con la
Venezuela de Hugo Chávez, y con el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe
Grillo en Italia. Ni Francisco Marhuenda lo hubiese dicho más alto y más
claro. No se ha dado cuenta que con ello contribuye al descrédito y
hundimiento definitivo del PSOE, que se ve abocado a su desaparición
cuando se convierta en la tercera fuerza política de su país, y confirma
que PSOE y PP representan una misma cosa.
Pero no acaban aquí los posicionamiento
del ínclito Felipe Gonzalez, cuando hace menos de 72 horas, y
olvidándose de lo dicho en 2005 por Pasqual Maragall en sede
parlamentaria cuando afirmó que “el problema de CIU era el del 3%“, sale en defensa de Jordi Pujol, a quien “nunca”
ha considerado corrupto. No estaría de más que Felipe Gonzalez, que
gobernaba por mayoría absoluta este país en plena ebullición del caso
“Banca Catalana”, en el que estaba implicado personalmente el venerable
Pujol, nos explicase las presiones, por cierto infructuosas, a las que
fueron sometidos los fiscales Mena y Villarejo, encargados del caso,
para que solicitasen el archivo de la causa, y que acabó con la
indecorosa decisión de la Audiencia Provincial de Barcelona acordando el
sobreseimientos definitivo del sumario; enterrando con ello una grave
caso de delincuencia económica de alto standing, y abriendo la espita
del intercambio de favores para taparse mutuamente las vergüenzas.
Quizás uno de los primeros capítulos de la corrupción endémica que ahora
sufrimos, por no haber sabido cortarla a tiempo.
Felipe González, para justificar que él no pertenece a la casta, ha rematado su fanea dialéctica afirmando que “de la política no he vivido. He vivido para la política“.
Por lo que, percibiendo ya una suculenta pensión como expresidente del
Gobierno, ahora todos confiamos en que por coherencia con sus palabras, y
de inmediato, deje su puesto como Consejero de Gas Natural, por el que
cobra 126.000 euros anuales, y devuelva todo el dinero percibido hasta
la fecha. Las puertas giratorias son incompatibles con la decencia
democrática.
Félipe González, quién te ha visto y
quién te ve. Qué bajo has caído, ¿tánto transforma el poder a algunos
políticos?. ¿No te has dado cuenta que la derecha neoliberal se regocija
con tus palabras, y ya te considera como uno de los suyos?. ¿No te
percatas que personas como tú han contribuido al nacimiento y
crecimiento imparable de Podemos?.
(Publicado en elplural.com).
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